Que los emprendedores están hechos de una pasta especial, es algo sabido por todos. A lo largo de los 20 años que Business Centers llevamos abiertos, hemos podido comprobar algunos rasgos comunes que tienen los empresarios que son capaces de llevar su empresa con éxito. Y es que a menudo el éxito de una empresa no depende de factores externos o golpes de suerte, si no que va unido en gran medida a las capacidades y a la mentalidad del empresario.
A continuación, desgranamos las características fundamentales que definen a un emprendedor:
- Capacidad de esfuerzo
Como al soldado al que en la mili se le presupone el valor, a los emprendedores se les supone la capacidad de esfuerzo. Solo un empresario de éxito conoce todo lo que ha tenido que sacrificar para sacar su empresa adelante: tiempo con la familia, con los amigos y para él mismo, sin olvidar los esfuerzos económicos en cuanto a ahorro e inversión que ha tenido que hacer, sobre todo en los primeros años de la empresa.
Cuando la sociedad ve a un empresario de éxito, a menudo solo observa los beneficios y las ventajas del lugar alcanzado, que es solo la punta del iceberg que sobresale del mar. Por debajo de la superficie es donde se encuentra el 80% de la masa del iceberg restante, que no visible a los ojos de otras personas: horas de estudio, noches sin dormir para finalizar una entrega, formación, práctica…
– Ver características comunes a los Nómadas Digitales en este post
- Constancia
Para un emprendedor no existen los horarios de trabajo fijos, jornadas comerciales y horarios reducidos, al menos durante las primeras fases del negocio. Levantar una empresa desde cero requiere paciencia y constancia, no bajar los brazos en los momentos de hastío, incertidumbre o crisis.
Un buen emprendedor es leal a su trabajo y a su empresa, cada día sabe que su tiempo y dedicación se lo debe a la empresa que ha creado, con la mente siempre puesta en alcanzar los objetivos de negocio fijados a principio de año. El enterpreuner de éxito sabe cuándo no debe descansar (y a menudo no sabe cuándo sí hacerlo…) y sabe que todos los días tiene hacer una serie de rutinas y el número de horas que debe echar para que las cuentas le cuadren. Por eso desde Business Centers Barcelona ofrecemos flexibilidad en las horas de entrada y salida del edificio.
Cuando un emprendedor hace cada día un número variable de horas, un día se coge fiesta y otro también, un día va a trabajar y una semana no… el pronóstico no es favorable para la empresa que lleva entre manos.
- Mente analítica
Los emprendedores de éxito son unos excelentes lectores de las situaciones, de las personas, del mercado, del entorno… más allá de las sensaciones, un buen emprendedor es capaz de traducir sus intuiciones a datos concretos, gráficos y DAFOs de forma inmediata.
Reconoce dónde están las oportunidades, y define las acciones que se deben tomar para aprovecharlas, y dónde están los riesgos y las amenazas, y establece las medidas de contingencia necesarias para que no le afecten. Saben interpretar y encauzar los acontecimientos se le avecinan, plantear estrategias para afrontar con éxito cada situación.
- Resiliencia
La resiliencia en la capacidad que tienen las personas para asumir las situaciones poco favorables, dolorosas y desafortunadas, y reponerse a ellas.
La resiliencia es un rasgo psicológico que muy valorado en las empresas, ya que determina el nivel de competitividad de la persona, la formas en la que afronta y se adapta a situaciones desfavorables.
Y es que cuando un negocio está despegando, tiene que hacer frente a un sinfín de adversidades y de complicaciones, que suponen un gran reto mental para los empresarios que solo quieren su empresa salga a flote.
- Perfeccionismo
Parece que el lema “las cosas se hacen bien o no se hacen” está grabado en las mentalidad de los emprendedores de éxito. Saben que para su tranquilidad es mejor que no queden cabos sueltos que puedan volverse en contra de su actividad en un momento dado.
Cuando una empresa comienza, tiene muchas cosas en contra, sobre todo porque se trata de una firma desconocida y porque sus productos o servicios no tienen referencias, y el empresario sabe que solo con un desempeño intachable conseguirá el reconocimiento necesario para que su empresa despegue.
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